Ray Krone fue acusado de asesinato en primer grado y secuestro en el año 1991 y condenado a muerte. Sin pruebas de ADN, una mordedura en la víctima que aparentemente coincidía con la suya fue suficiente para condenar a Ray. A pesar de que ganó varios juicios, no fue declarado inocente hasta 10 años después de su entrada en prisión. Las pruebas de ADN revelaron el error judicial que se había cometido y consiguieron dar con el verdadero asesino, Kenneth Phillips.
Ray es el preso número 100 que ha sido liberado del corredor de la muerte tras demostrar su inocencia.
En los documentales de "Soy Inocente" del canal Crimen & Investigación podéis ver un capítulo de su historia
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