El 8 de abril de 1986, robaron a mano armada y violaron a una chica que trabajaba en una zapatería de California. El agresor eyaculó y limpió sus genitales en la camisa de la chica. Esta llamó a la policía de inmediato, y analizaron las muestras de semen.
En la comisaría la chica hizo un primer
reconocimiento de fotografías, pero no pudo identificar al agresor. Posteriormente vio la cara de Herman Atkins en un cartel de la policía donde lo buscaban por otras causas no relacionadas. En la segunda rueda de reconocimiento, la chica identificó a Atkins como su agresor. Un testigo que trabajaba en una tienda cercana, y al que enseñaron la fotografía de Atkins, dijo que ese hombre había estado comprando en su tienda ese mismo día.
Los
análisis del semen permitieron concluir que, según el tipo de sangre hallada, el
4,4% de la población podría haber cometido la agresión, entre ellos, Herman Atkins.
Esas eran las
únicas evidencias en contra de Atkins.
En 1993, el Proyecto Inocencia aceptó su caso, pero tuvieron serios problemas hasta que en 1999, la fiscalía permitió hacer un análisis exhaustivo del ADN, en 1999. Esa prueba reveló la inocencia de Atkins, y por fin, en el año 2000, después de casi 12 años encarcelado, Atkins fue liberado de prisión por un crimen que no cometió.
Tiempo después de ser exonerado, Atkins estudió la carrera de Psicología para intentar comprender un poco mejor las razones de su encarcelación.
La psicología denomina al fenómeno implicado en este caso:
EL EFECTO DE LA INTERFERENCIA en el reconocimiento de las personas. Se produce cuando una información post-evento (en este caso, la fotografía de Atkins en la sala policial) se incorpora como información que formaba parte del suceso delictivo, y una vez que se ha hecho esto, es imposible recordar si esa imagen es posterior o anterior al hecho investigado.
Si os interesa saber más cosas sobre este sesgo, aquí os dejo un estudio de Manzanero y colaboradores:
Manzanero, A.L; López, B. y Contreras, M.J. (2009). Efectos de interferencia en el reconocimiento de personas: Exactitud, discriminabilidad y sesgo de respuesta. En F. Expósito y S. Peña (Eds.): Procesos Judiciales. Psicología Jurídica de la Familia y del Menor (pp. 21-28). Murcia: Sociedad Española de Psicología Jurídica y Forense.