El 25 de enero de 2005 la policía de Buenos Aires vio a Fernando en su coche blanco y fue decidida a detenerlo. La policía patrullaba en un coche sin insignias de la Policía Federal ni sirenas. Cuando Fernando vio que le perseguía un coche de esas características y con una persona saliendo por la ventana apuntándole con un arma, aceleró para escapar de la situación. El policía respondió con un tiro en la mandíbula. Fernando se quedó inconsciente y el coche siguió circulando hasta que atropello a dos mujeres y un niño de 6 años causando su muerte. La policía siguió disparando cuando el coche ya había parado, y dieron un total de 18 tiros, 8 de los cuales impactaron en el cuerpo de Fernando.
Así fue "La Masacre de Pompeya". La manipulación de las evidencias forenses, la alteración de pruebas y falsos testigos llevaron a Fernando a la cárcel por una condena de 30 años de prisión por robo y homicidio agravado en tres oportunidades.
7 años y 4 meses después, Fernando fue liberado.
El Verano de 2013 la Cámara de Casación volvió a condenar a Fernando, y actualmente están a la espera de la respuesta del recurso presentado por la defensa de Fernando ante la Corte Suprema de Argentina.